Descripción

Experiencia histórica sublime es de muchas maneras un libro  opuesto al análisis lógico de la representación histórica. Nada  queda aquí del optimismo iluminista de la filosofía analítica de la historia. El tono del libro es melancólico y muestra una relación con el pasado definida en términos de dolor y pérdida. Es más  cercano a la idea del Romanticismo que a la del Iluminismo. Y más claramente, su argumentación es más próxima al Romanticismo atormentado de Rousseau, Hölderlin o Schubert, que al  romanticismo apacible y acogedor de Rancke, Tieck o Hummel.  Sin embargo, a pesar de esta diferencia de ánimo, hay entre Experiencia histórica sublime y Narrative Logic (1983), el primer  libro Frank Ankersmit, un vínculo epistemológico no resuelto que obliga necesariamente a desplazarse del segundo al primero, y viceversa. Ankersmit expone este vínculo, que en verdad es  un doble paso, del siguiente modo: “La típica y optimista aspiración iluminista de comprender y entender el pasado plantea automáticamente la pregunta sobre cómo debe haber sido el pasado  como tal; quiero decir: no el pasado como se representa en la narrativa histórica, sino en su aún irrepresentada (y quizás irrepresentable)  virginidad”. Alcanzar esta realidad ha sido, obviamente,  el mayor esfuerzo cognitivo de toda epistemología e historiografía iluminista de la historia.